jueves, 27 de octubre de 2011

El nuevo paso expresivo de Luís Feito




Resulta oportuno recordar la importancia que tuvo para las artes plásticas españolas la creación del grupo El Paso en 1957, un año considerado por los historiadores como una encrucijada, un gozne en el pasado reciente de nuestro país, al ser el año en que el régimen franquista abandonó definitivamente la Autarquía para avanzar, no sin fuertes tensiones, hacia la España del Desarrollo, capitaneada por los nuevos ministros tecnócratas del Opus Dei. La apertura del régimen franquista a ciertas iniciativas culturales permitió desarrollar libremente en España, por primera vez, la abstracción, tras la ruptura de la modernidad que había supuesto la Guerra Civil. No es casual que fuera entonces cuando surgieran los dos grupos abstractos más relevantes para la historia reciente del arte español, El Paso y Equipo 57, que serían, junto al colectivo Estampa Popular, defensor de la figuración expresionista y social, los ejes sobre los que giraría el debate artístico de los años siguientes.

El Paso se convirtió inmediatamente en la máxima expresión del arte español de vanguardia, al tener buena parte de la abstracción practicada por los miembros del grupo un marcado acento español, caracterizado por el dramatismo, el oscuro cromatismo, el énfasis pictórico o la expresividad a ultranza. Los nuevos ministros del Opus Dei forzaron el cambio de la política del Estado en las Exposiciones Internacionales y Bienales como la de Alejandría y la de Venecia se convirtieron en el escaparate de los nuevos artistas nacionales, con lo que los miembros del grupoEl Paso se vieron en la posición contradictoria de ser los enemigos del régimen en el interior y aparentar ser sus colaboradores en el exterior, un hecho por lo general soslayado por los historiadores, salvo excepciones como la de Valeriano Bozal. Esto provocó la reacción de otro grupo abstracto formado ese mismo año, Equipo 57, que defendía la abstracción geométrica impersonal frente a la pintura existencialista y sobradamente individual de su contrincante plástico. Fundado en el exilio en París, Equipo 57 pretendía, por el contrario, hacer una obra de arte colectiva, carente de personalismo y subjetivismo, en la que no hubiese lugar para el creador individual, propio de una sociedad burguesa a la que había que combatir. Para ello defendía una investigación científica, racional, que pudiera desarrollarse conceptualmente, como si fuera un teorema, insertada en la tradición del constructivismo ruso y el arte concreto, importando para España una tendencia que hasta entonces había sido ajena a su tradición artística.

El grupo El Paso, por su parte, articuló a los sectores de la corriente informalista en España vinculados al surrealismo abstracto que se valían de las cualidades expresivas de formas, colores, materiales y pinceladas para convertir la obra de arte en un registro o huella de la acción de su creador, en un sentido autobiográfico y existencialista. En El Paso participarían pintores y escultores hoy tan conocidos como Antonio Saura, Rafael Canogar, Manolo Millares, Manuel Rivera, Juana Francés, Pablo Serrano o Martín Chirino, así como el pintor Antonio Suárez (Gijón, 1923), asturiano residente en Madrid, lo que favoreció sin duda que Oviedo y Gijón fueran dos de las primeras ciudades españolas en acoger una exposición del grupo, celebrada en las salas de la Caja de Ahorros de Asturias en el mismísimo año 1957, causando, como era de esperar, una viva polémica que a la larga fue claramente beneficiosa para la renovación de las artes plásticas asturianas.

Gracias a la iniciativa del galerista Fernando Fernán-Gómez, que siempre ha recordado la impresión que le produjo de niño enfrentarse a la obra de los artistas de El Paso, a los que conoció de la mano de su padre, el actor Fernando Fernán-Gómez, y de ACCIÓN Amigos del Centro Cultural Internacional Óscar Niemeyer, siempre con ganas de actividades, en los últimos años el Centro Municipal de Arte y Exposiciones (CMAE) de Avilés se ha convertido en una especie de refugio del pasado y el presente del grupo artístico, primero con una retrospectiva de Manuel Viola (Zaragoza, 1916-San Lorenzo de El Escorial, Madrid, 1987), que reflejaba el lado más íntimo del pintor aragonés, y ahora con una amplia representación de la obra más actual de Luis Feito (Madrid, 1929), recientemente exhibida en su ciudad natal y ya en parte conocida en Asturias debido a la labor promocional de la sala de arte Van Dyck de Gijón, que la ha expuesto en dos ocasiones desde 2006. Llama la atención que Feito, que era uno de los artistas más serenos de El Paso, muy alejado de la gestualidad dramática y enfática de buena parte de sus compañeros de grupo, se haya decidido, en plena madurez creativa, a emprender también ese camino expresivo, como tuvo ocasión de mostrar con amplitud en su exposición antológica del Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía de Madrid, en 2002. El color rojo sangre, que ya tenía una cierta relevancia en su obra anterior, ha pasado a ser ahora el protagonista indiscutible de su pintura reciente, hasta el punto de copar o llenar toda la superficie del lienzo. La tensión acumulada por el uso apabullante de este color es tan considerable que el artista ha decidido aliviarla rompiendo y fracturando la composición, haciéndola estallar en mil pedazos y subrayando en negro los efectos más espectaculares de esta

especie de voladura controlada. Hay que celebrar que el pintor madrileño, con una amplia trayectoria de casi seis décadas y reconocimientos como la encomienda de la Orden de las Artes y de las Letras de Francia o la medalla de oro al Mérito de las Bellas Artes, se mantenga todavía activo a sus ochenta y dos años y con un grado de exigencia tan elevado.

Luis Feás Costilla

Crítico de arte

FEITO[en estado puro]




La de Luis Feito ha sido una trayectoria construida en torno a una concepción pura del arte. Arte como inmanencia del ser. Pintura como esencia que se manifiesta en su existencia a través del cuadro. Pintura pura que no tiene por que decir nada, nada específico, sólo existir. Porque cuando hablamos de una poética de lo informal como típica de la pintura contemporánea implica una generalización: “informal” como categoría crítica, se convierte en una calificación de una tendencia general de la cultura de un período. Así la categoría de informal entra bajo la definición más amplia de poética de la obra abierta. Obra abierta como proposición de un abanico de posibilidades interpretativas, como configuración de estímulos dotados de una sustancial indeterminación, de modo que el espectador se vea inducido a una serie de lecturas siempre variables.

Una obra que evita ser mediada por la reflexión intelectual y que, por supuesto, se ha mantenido ajena a todo tipo de servilismos de la moda o el mercado. Alejada de cualquier compromiso de ilustración o intencionalidad política...ya que cualquier obra pintada con esa finalidad está sujeta a una vigencia dependiente de la contingencia política del momento.

Feito ha sabido a lo largo de su ya más que dilatada carrera mantenerse al margen de cualquier tentación acomodaticia proveniente del mercado del arte...ha seguido haciendo aquello que sabe hacer: pintar. Ha trabajado todos estos años con una concepción clásica, sin innovaciones estridentes,sin saltos bruscos, sin rupturas sospechosas con su trayectoria y su estilo, rupturas que obedecen, como todos sabemos, a intereses ajenos al arte, dejando fluir en sus obras ese fuego sagrado que lleva dentro. A veces cosmos y a veces caos, apolíneo o dionisíaco, pero siempre con una geometría más o menos afirmada en cada obra. Obras resueltas con una tremenda economía cromática...muy poco color y colores que dependen de la etapa. Obras en las que no falta nada, pero tampoco les sobra nada, una austeridad que en ocasiones llega a mostrarse en la aparición de la tela desnuda...

Feito ha trabajado siempre del modo más directo y simple posible, dejando sobre las telas lo que sale de su interior, de su espíritu... Feito en estado puro.


Alfonso Pire,

Licenciado en Filología Anglo-Germánica

Filosofía y Antropología

Socio de ACCIÓN

UNA INTERPRETACIÓN DE LA OBRA DE LUIS FEITO



Es dificilísimo explicar en un breve texto la evolución y el valor de la obra de un artista tan vivo, con casi sesenta años de trayectoria personal y de evolución artística. Sin embargo no me parece exagerado afirmar que lo que siempre ha pretendido Feito es expresarse y que, además, no ha podido ni querido evitarlo. Pinta porque es así y porque debe ser así, sin guías ni artificios; por supuesto después de haber conocido las vanguardias en París y de haber “superado” un período figurativo, otro de experimentación cubista y de formar parte del grupo El Paso. De todo esto queda en él alguna huella de la pintura matérica, del automatismo gestual, de influencias de la pintura oriental, del informalismo o del expresionismo abstracto, lo que lo sitúa entre los más grandes creadores de la vanguardia española.

Como buen artista sabe que no puede evitar hacer lo que hace, que es rendirse a la pintura. Feito intenta controlar y organizar el caos y, afortunadamente, no lo consigue, lo que le permite continuar su búsqueda. Persigue cuadricular el desorden, encajar la entropía entre cuadrados, armonizar lo apolíneo y lo dionisíaco, medir la desorganización del mundo, hallar el punto central del desequilibrio y distribuir al azar el orden más geométrico.

Son siempre interesantes todos sus esfuerzos para delimitar lo que se puede pintar después de la figuración; aunque tal vez sea necesario insistir en que abandonar el realismo figurativo no es obligatorio ni necesario para ser un artista moderno o contemporáneo. En cualquier caso, cuando la función del pintor ya no es copiar la naturaleza, cuando todo el mundo puede fotografiar en un instante cualquier rincón del mundo, parece que la tarea de un artista no puede reducirse a imitar un fragmento de la realidad.

Cada vez más libre y menos encorsetado, Feito se permite el lujo de pintar como quiere, con toda la espontaneidad y sin premeditación. Cada día está más cerca de expresar un mundo que es más caótico que ordenado, más inquietante que sereno, más vivo y cambiante que estable y permanente.

Faustino López,

Doctor en Filosofía

Socio de ACCION.

El reencuentro con Luis FEITO [en estado puro]


Fernando Fernán-Gómez, Luís Feito y Antonio Cátedra

Fernando Fernán-Gómez, tenía un interés especial en que esta exposición se hiciera en Avilés. Fernando es hijo de la apreciada cantante de origen asturiano María Dolores Pradera y del insigne actor, escritor y Académico de la Lengua, Fernando Fernán-Gómez. Precisamente el gran actor, desaparecido en 2007, era nieto de Alvaro Fernández-Heres y Pola, un avilesino cuya familia vivió a finales del siglo XIX en una casa del barrio de Sabugo en la plaza del Carbayo en el número cinco. La familia de los Fernández-Heres es linaje originario de San Martín de Podes. En 1719 la casa principal de los Fernández-Heres en Podes, llamada del Rexidor, ya ostentaba en su escudo de armas sus derechos de hidalguía. Parte de la familia se trasladó a Alvaré, Manzaneda y otra rama lo hizo a la villa de Avilés. Instalados en el barrio de Sabugo, los Fernández-Heres regentaron una fundición en la calle de Rivero. Álvaro, uno de los hijos del matrimonio formado por Simón Fernández-Heres y Josefa Inclán Pola, partió a Madrid para abrir mercado y buscar clientes. Su hermano Jorge quedó al frente del negocio de la fundición en Avilés. Pero pasados unos años en la capital, Álvaro descubrió que su verdadera vocación estaba en el mundo de la impresión de libros y aprendió los oficios de linotipista y tipógrafo, que ejerció en varias imprentas madrileñas hasta que fue nombrado regente de la imprenta de la Diputación, soberbio edificio que luego albergó al Museo Municipal. A principios del siglo XX, se organizó en la villa una comitiva de avilesinos para viajar a Madrid y reunirse con Pablo Iglesias, el fundador del Partido Socialista Obrero Español y de la Unión General de Trabajadores, con el fin de organizar en Avilés la agrupación socialista local. Entre los integrantes estaban Jorge Fernández-Heres y Pola y el abuelo de Ramón Martínez Guardado. Ese viaje fue un éxito, en buena medida gracias a que Álvaro los puso en contacto con Pablo Iglesias, con quien tenía una estrecha relación y los recibió en su casa.
Luis Feito regresa a Asturias, a la tierra de sus ancestros vaqueiros, y lo hace por primera vez en una sala pública. Precisamente aquí en Avilés, el lugar del reencuentro con la fuerza expresiva de los trazos enérgicos de Luis Feito, vaqueiro astur que abrió en la España del franquismo los horizontes estéticos y rompió las reglas impuestas. Luis Feito viene a este encuentro con la tierra de sus ancestros, para compartir su creación portentosa, que nos deja marcados de emociones por esos gestos que nos trasmiten la intención de un geómetra empedernido. Amante del color de las entrañas carmesí de la tierra y de sus matices, con los que atrapa lo inasible, lo imprescindible, el sentido mínimo de un arte milenario expresado como una caligrafía precisa y delicada, que no dice nada y lo transmite todo. Feito nos trae su arte, un arte que atesoran los principales museos del mundo. Arte, como creación humana, como fenómeno social, cultural y económico que nos deleita y transforma, un Arte que abre ventanas a un mundo portentoso en las paredes del CMAE. Aquí está Luis Feito en estado puro, y vino a Avilés a conocernos y compartir con nosotros en un acto entrañable, que le agradecemos con cariño, para celebrar juntos su cumpleaños este 31 de octubre. Esta exposición está llena de significados. Para Avilés es un gran acontecimiento y para el CMAE un gran honor poder recibir en su sala, la obra de uno de los pintores vivos más importante de la pintura española. Ha sido un gran esfuerzo que duró más de un año de preparación por parte de todos los que colaboramos en la producción de FEITO [en estado puro]. La crisis y los recortes nos limitan, pero no por ello desistimos y gracias a la colaboración de CAJASTUR, de ACCIÓN, de la galería Van Dyck y del comisario Fernando Fernán-Gómez llevamos a buen puerto esta empresa. Con este motivo de celebración, ACCIÓN, la asociación cultural de participación ciudadana independiente, ha organizado una cena en el Hotel ParqueAstur a la que asistirán Luís Feito, sus amigos, las autoridades de cultura, artistas, soci@s y todo aquel que quiera conocer a uno de los protagonistas de la pintura contemporánea española en estado puro.
Por todo esto FEITO [en estado puro] es algo más que una exposición, es un reencuentro de familias en la historia de un territorio, es un cruce de caminos en el tiempo. Avilesinos emigrantes, asturianos viajeros que recorrieron el mundo llevando su arte, su cultura, sus hijos, nietos, madres y bisabuelas en el corazón de su memoria. Porque la memoria tiene corazón y hoy Feito la convoca.
Feliz cumpleaños Luis Feito.

viernes, 14 de octubre de 2011

Apoyamos al Niemeyer

Hemos asistido a la reunión informativa de la plataforma: "Apoyo al Niemeyer" y vamos a participar en la manifestación del domingo, porque estamos de acuerdo con el espíritu y suscribimos todos puntos que se reflejan en el acuerdo.
Esperamos contar con vuestra presencia y os pedimos vuestra adhesión a través del blog, Facebook y otros elementos de difusión de la redes sociales. El CN es parte de la vida de la ciudad, es una esperanza que debemos defender, una maravillosa utopía que nos convoca, nos obliga a movilizarnos, a ser críticos y activos. Un pueblo que debate, reflexiona y dialoga en torno a sus equipamientos culturales, es un pueblo vivo. Avilés está vivo, apoya al Niemeyer y ACCIÓN está orgullosa de poder participar en esta manifestación.

Apoyamos al Niemeyer

Hemos asistido a la reunión informativa de la plataforma: "Apoyo al Niemeyer" y vamos a participar en la manifestación del domingo, porque estamos de acuerdo con el espíritu y suscribimos todos puntos que reflejan en el acuerdo.
Esperamos contar con vuestra presencia y os pedimos vuestra adhesión a través del blog, Facebook y otros elementos de difusión de la redes sociales. El CN es parte de la vida de la ciudad, es una esperanza que debemos defender, una maravillosa utopía que nos convoca, nos obliga a movilizarnos, a ser críticos y activos. Un pueblo que debate, reflexiona y dialoga en torno a sus equipamientos culturales, es un pueblo vivo. Avilés está vivo, apoya al Niemeyer y ACCIÓN está orgullosa de poder participar en esta manifestación.

martes, 4 de octubre de 2011

PARTICIPA







 

   

     
Centro niemeyer

     

       

El conflicto del Centro Niemeyer


     

     

       

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domingo, 2 de octubre de 2011

El Conflicto

Antes de nada quiero deciros que no todos los conflictos son negativos. Una crisis es mala cuando nos resta y quita energía, recursos o afectos, pero con todo y eso, podemos aprender algo con los conflictos a los que nos enfrentamos. Es evidente que como asociación no nos vamos a sustraerse al conflicto en torno al Centro Niemeyer, a su gestión, a la constitución de su fundación, a su financiación, a sus actividades. Hemos escuchado a las partes, nos hemos entrevistado con muchos involucrados directos o indirectos, beneficiarios y algún perjudicado. Nuestra opinión representa a una pequeña parte de la ciudadanía, casi un centenar de asociados y más de dos mil contactos en redes sociales, insignificancia demoscópica que contrasta con nuestra trayectoria de compromiso continuo con el Centro Niemeyer desde hace siete años.
Lo que pasa con el Centro Niemeyer es que tiene que redefinirse y eso implica abrir en ámbito de la participación en los órganos de poder. Gestionar fondos culturales en época de crisis y recortes es imposible de lograr sin rigor, transparencia y claridad, sea una gestión pública o privada. Pero participación es una palabra maldita en los ámbitos del poder, que tenemos que poner en valor. La participación ciudadana es un signo de grandeza democrática y de desarrollo social. Pero participar no es sólo opinar, hay que mojarse. ¿Estamos dispuesto a mojarnos los avilesinos, con el Gobierno del Principado, el Ayuntamiento de Avilés y el equipo gestor del centro? Nosotros sí lo estamos. Hemos visto la tremenda desinformación que se tiene del proyecto, hemos escuchado opiniones, críticas, adhesiones, quejas y acusaciones graves sobre la gestión del centro cultural. La presencia en la calle de la mayoría de los colectivos y me atrevo a decir que de las personas, nos están apoyando la gestión del centro, sino que apoyan al Centro Niemeyer y a su continuidad como proyecto cultural imprescindible para el desarrollo de la ciudad, por ser generador de esperanza y de riqueza para el territorio.
Aunque valoramos el trabajo del equipo gestor y su capacidad de negociación internacional, que supo establecer vínculos de colaboración de gran prestigio internacional y reconocemos que poseen una gran habilidad para comunicarse con personas y países de habla inglesa, también sabemos que no lograron un consenso de satisfacción amplio entre la población. Algunos detalles de esta gestión forman parte de los rumores que corren por los mentideros culturales y sociales de Avilés, que no vamos a repetir nosotros, pero que hacen más daños que mismos enfrentamientos de los líderes políticos en los medios. Los que estamos preocupados por la continuidad del Centro Niemeyer, no queremos emitir un juicio de valor, sin más sustentación que la expresión subjetiva de nuestros gustos personales sobre la programación y la gestión, creemos que es necesario debatir sobre la substancia misma del proyecto y su ausencia de Plan Director. Como ciudadanos tenemos que informarnos, indagar, analizar, comprometernos en un trabajo de equipo, que no siempre es recompensado económicamente. Y ese equipo de trabajo, donde se puede participar, debe integrar a las mujeres y a los hombres de esta comarca, a sus artistas, a sus emprendedores, a sus estudiantes y a sus obreros. Ojalá estos líderes políticos y los técnicos comprendan que Avilés quiere contribuir , opinar y colaborar con la definición de su futuro y que es preciso crear un espacio donde dialogar, un espacio que no sea precisamente un juzgado.
Pero como no hay prisa alguna para equivocarse, proponemos detener esta tendencia agonística, y demandamos a los líderes políticos sentarse a dialogar y poner fin a las hostilidades, para acordar un plan de acción consensuado. Es necesario parar para reflexionar, valorar, proponer y debatir, pero con respeto, sensatez, responsabilidad y altura de miras. Creo que el futuro de Avilés depende, en gran medida, de la capacidad de diálogo y de establecer consensos de sus habitantes. Somos el tejido social que da sentido a este territorio y entre todos tenemos que construir juntos el Plan Director del Centro Niemeyer.